El mercado del aceite de oliva El mercado global del aceite de oliva está creciendo de forma estable, impulsado por la demanda de grasas saludables, una procedencia clara y calidad artesanal. Europa —liderada por España, Italia, Grecia, Portugal y Francia— produce más del 65% del aceite de oliva mundial. El mercado se divide en dos: los aceites a granel ofrecen márgenes muy reducidos, mientras que los aceites vírgenes extra premium pueden venderse por 10–30 euros por litro si se vinculan a un modelo de marca fuerte y sin intermediarios. Los pequeños productores que se centran en la agricultura orgánica, contar la historia del producto de manera que conecte con el cliente (storytelling) y ofrecer experiencias integradas, como el oleoturismo, van al alza.

El mercado del vino El sector vitivinícola europeo está atrayendo a inversores que lo ven no solo como un producto de lujo, sino como un activo con valor patrimonial. Francia, Italia, España, Portugal y, quizá de forma sorprendente, Hungría, representan más del 60% de la producción mundial (Fuente: World Population Review). El abanico es amplio: desde grandes fincas que producen vinos a gran escala hasta bodegas boutique que elaboran ediciones limitadas que alcanzan los 30–150 euros por botella. Las etiquetas ecológicas y de “terroir”, vinos que reflejan las características únicas del lugar donde se cultivan las uvas, como suelo, clima y técnicas tradicionales, sobre todo aquellas que transmiten un estilo de vida, alcanzan las primas más altas. Alexander añade: “Para quienes invierten en fincas vitivinícolas europeas, no se trata solo de la parte industrial. Se trata de asegurar un rendimiento estable y, al mismo tiempo, disfrutar de un estilo de vida ligado a la tierra: un rendimiento que podría ir de la mano con saborear el vino que produces en tu propia finca”.