¿Quién no quisiera un pedazo del cielo de Madrid?
¿Quién no quisiera un pedazo del cielo de Madrid?
Áticos: el glamour de vivir en las alturas
Por Cristina Ocaña y Karen Silva
Situadas en la cima de los edificios residenciales de ciudades como Madrid, estas viviendas inspiran a quienes buscan mucho más que un lugar donde vivir. Con sus terrazas bañadas por el sol, vistas impresionantes y la incomparable sensación de habitar por encima del pulso de la ciudad, los áticos encarnan el ideal de maximizar la vida.
Vivir en un ático en las zonas residenciales prime de la capital ofrece la dualidad perfecta entre la emoción de estar en el corazón de todo, con la tranquilidad de un oasis privado. Pero no siempre fue así. Estos espacios han recorrido un fascinante camino a lo largo de la historia, evolucionando hasta convertirse en verdaderos refugios de confort y estilo que hoy conocemos.
En el pasado, estos apartamentos elevados representaban el poder de la élite, pero con el tiempo perdieron su atractivo. Fue en los vibrantes años 20 de Nueva York donde los penthouses, antes descuidados y polvorientos, resurgieron con una nueva identidad.
En portada: ático de SLS Madrid Infantas Residences (imagen generada por ordenador)
Se valoran las buenas vistas y la abundante luz natural, así como una distribución eficiente, preferiblemente en una sola planta
Gracias a los avances en los ascensores, las plantas superiores dejaron de ser tan inaccesibles y se convirtieron en espacios muy codiciados, redefiniendo el concepto de vivir en las alturas.
La demanda de áticos ha experimentado un notable auge en los últimos años, especialmente en el periodo post-Covid-19. En el actual panorama inmobiliario, los compradores están en busca de características que se alineen con sus preferencias. Se valoran las buenas vistas y la abundante luz natural, así como una distribución eficiente. “La privacidad es fundamental; los compradores evitan adquirir áticos en edificios cuyas zonas comunes u otras viviendas tengan vistas hacia estos, ya que esto puede disminuir su atractivo”, comenta Valeria Cimonetti, Senior Residential Consultant de Knight Frank.
Ático de El Viso Residences (imagen generada por ordenador)
Jardines de Velázquez (imagen generada por ordenador)
La búsqueda de un oasis personal ha llevado a los compradores a priorizar áticos que ofrezcan la ventaja de no tener vecinos adyacentes. Esta anhelada privacidad, junto con su singularidad, hace que los precios de los áticos se sitúen entre un 20% y un 30% por encima del promedio de otras viviendas en el edificio. Generalmente, quienes buscan este tipo de propiedades prefieren superficies que superen los 250 m² con terrazas lo más amplias posible. “Los techos altos son especialmente valorados y considerados un verdadero plus”, señala Armida Ortiz, Premium Properties Consultant.
Un ático en un edificio clásico puede ser una excelente opción para quienes buscan personalizar al máximo su espacio y preservar el encanto arquitectónico original.
En el caso de proyectos de obra nueva, este creciente interés por los áticos ha hecho que se vendan con mayor rapidez que otras unidades en el mismo edificio, convirtiéndose en activos muy valorados. No es casualidad que, como estrategia para maximizar su precio, algunos propietarios opten por “bloquear” la venta de los mismos hasta el final.
¿Y quiénes son los compradores de estos exclusivos refugios? En línea con la tendencia observada en el mercado de viviendas prime de Madrid, entre el 60% y el 70% de los compradores son nacionales, mientras que un 30%-40% proviene del extranjero. La mayoría tiene entre 45 y 50 años y, a menudo, son personas sin hijos o con hijos jóvenes que ya se han independizado.
En definitiva, no se trata solo de una elección inmobiliaria. Los áticos prime de ciudades como Madrid representan una invitación a elevar nuestras vida y una declaración de estilo que conecta lo mejor de la vida urbana con la privacidad que todos anhelamos. Así que, cuando nos preguntamos “¿quién no quisiera un pedazo de cielo en la capital?”, la respuesta es clara: la mayoría lo desea, y es fácil comprender por qué.