"La casa es el lugar donde está el corazón"

Entrevista con Julio Touza Sacristán, socio de Touza Arquitectos

Por Noelia Jiménez

"La casa es el lugar donde está el corazón"

Entrevista con Julio Touza Sacristán, socio de Touza Arquitectos

Por Noelia Jiménez

Camina con firmeza, pero sin hacer ruido. Cada paso es un cimiento sereno que levanta una oportunidad de elegancia.

Julio Touza Sacristán es una de esas personas que entra en una estancia de manera discreta, casi como deslizándose, pero que inmediatamente llama la atención. Por su estampa impecable, por su mirada profunda. Y, una vez iniciada la conversación, por sus ideas meditadas, su discurso reflexivo y su bagaje amplio, pero sin un solo atisbo de vanidad.

Me recibe en la sala de reuniones de Touza Arquitectos. Tras la silla presidencial, una pantalla que recoge algunas de las instantáneas más destacadas de los 50 años que celebra el estudio que creó su padre, Julio Touza Rodríguez, y en el que Julio hijo cuida el legado aportando ese plus de innovación que se le presupone a quien llega después al mundo.

Hablar de los 50 años de Touza Arquitectos es casi como hablar de la gran transformación de España: política, social, económica, cultural… ¿Cuáles dirías que han sido las claves de la evolución de la arquitectura en este medio siglo? Diría que la transformación de la arquitectura en España es paralela a la gran transformación del país: realmente hemos vivido una modernización radical en todos los aspectos, y yo creo que la arquitectura ha sido una de las actividades en las que esa evolución se aprecia más. Siempre cuento que cuando mi padre se colegia en Madrid, su número de colegiado apenas supera el 3.000; eso quiere decir que en Madrid había poco más de 3.000 arquitectos y en España, unos 5.000. Hoy en día hablamos de más de 60.000 arquitectos colegiados en España, es decir, diez veces más… y la población ha crecido, pero no se ha multiplicado por 10. Esto dice mucho de la capacidad de nuestras escuelas y de la democratización de la actividad.

Este medio siglo ha sido quizá el de mayor bonanza y tranquilidad macroeconómica de toda la historia: superada la Guerra Fría a finales de los 80, el mundo vive una época expansiva y esto se refleja en el mercado inmobiliario: es una de las épocas en las que más arquitectura se ha producido.

Por otro lado nos encontramos con la evolución tecnológica, que ha supuesto una revolución mundial. Si buscamos los primeros grandes proyectos del estudio, de hace 47 o 48 años, nos encontramos con una documentación que cabe en una cajita. Hoy, si imprimiéramos todos los papeles que hacen falta para la licencia de un bar, ocuparían un cajón que es el triple del de aquellos proyectos. Con esto podemos ver cómo se ha complicado todo documentalmente por un garantismo, ya no solo técnico, sino muchas veces legal, yo diría que a veces excesivo.

Hemos pasado de los planos en papel vegetal, hechos con tinta, a las grandes copiadoras, después los ordenadores y más tarde la revolución de Internet, que supuso una democratización del conocimiento y una apertura a nuevas referencias de inspiración. Ahora nos encontramos en plena era de la inteligencia artificial, que está teniendo un gran impacto en todos los ámbitos.

¿Qué retos supone la inteligencia artificial (IA) en la arquitectura? Hay incertidumbre en todos los ámbitos. La tecnología no es moralmente buena o mala: es neutra. Quienes la hacemos buena o mala somos nosotros. Pero la evolución no se hace a base de rechazar la tecnología, sino de abrazarla, entenderla, asumirla y hacerla coherente con lo que necesita el ser humano.

En las profesiones creativas el primer reto de la IA es la propiedad intelectual. Ahora mismo se alimenta de bases de datos en las que esa propiedad no está muy clara. Ya había mucho problema con la intertextualidad y ahora se ha multiplicado: ¿de dónde se alimenta esa IA? Porque todo lo que hay por ahí ha sido creado por personas, con una serie de derechos. Yo creo que la gran respuesta debe ser un control ético y legal que está por desarrollarse.

Luego está la gran pregunta: «¿Me va a sustituir la IA?». Mi trabajo, por muy creativo que sea, es replicable por una máquina. Sin embargo, en el caso de los arquitectos y de otras profesiones, tenemos una ‘condena’, pero que es parte de nuestra única defensa que nos hace insustituibles por una máquina: como somos un objeto demandable, siempre tiene que haber un responsable. A la IA no la puedes demandar. Al arquitecto, sí.

Creo que el anclaje para mí más importante de la profesión es la dimensión social del arquitecto.

"Buscamos que la arquitectura sea más autónoma en cada proyecto y que cada proyecto tenga su dimensión, sus necesidades y que responda realmente a lo que se demanda"

Hay una frase de tu padre maravillosa: «la arquitectura es la más noble y útil de las artes»… y en el fondo, estamos hablando de esto. De utilidad social. Es la gran diferencia entre la arquitectura y cualquier otra disciplina artística. El arte nace de un sentimiento personal, artístico. Y luego puede tener un mercado. En la arquitectura es al revés: primero hay una industria, una necesidad social, política, económica. Y luego se le añade una dimensión humanística y artística. El promotor es una parte fundamental de la arquitectura. Y que te pide que traduzcas su visión socioeconómica o sociopolítica de un proyecto desde el conocimiento, desde la disciplina, desde la responsabilidad social, en algo ejecutable, construible.

Un arquitecto se debe a toda una serie de condiciones sociales, y tiene que buscar una utilidad que le trascienda. Un edificio mal construido tiene repercusiones en la vida de la gente. Un edificio que queda ahí construido en un entorno urbano, va a tener un impacto a largo plazo. Tus obras normalmente te sobreviven o tienen un impacto en el momento y en el tiempo, lo cual refleja esa útil nobleza de la que habla mi padre.

Si nos centramos en la parte creativa, en el arquitecto como artista ¿cuáles son tus fuentes de inspiración en ese recorrido artístico, Julio?

Yo creo que mal arquitecto es el que a lo largo de su carrera ni es permeable ni se va dejando influir por lo que los demás hacen. Para empezar hay una parte indisoluble de la creativa, que es la técnica. Las técnicas disponibles van cambiando, permanentemente hay que estar al día de su evolución. Y lo mismo sucede con tus referentes arquitectónicos, porque la arquitectura está en constante movimiento.

Sí es verdad que en Touza tenemos una filosofía muy clara: entendemos que tiene que haber un equilibrio. Buscamos que la arquitectura sea más autónoma en cada proyecto y que cada obra tenga su dimensión, sus necesidades y que responda realmente a lo que se demanda. Otra cosa es que evidentemente sí hay unas señas de identidad: nos gusta una arquitectura elegante, equilibrada, no caprichosa. La arquitectura puede ser espectacular, pero nunca un espectáculo.

Aquí encontramos referencias que en España identificaríamos con maestros como Alejandro de la Sota en su momento o Sáenz de Oiza, que fue incluso profesor de mi padre –aunque en su caso hablamos de un arquitecto mucho más ecléctico–. Moneo es otro referente de esa arquitectura reflexiva, anclada en la historia y en la responsabilidad.

En el ámbito internacional, cómo no citar a Foster, a Richard Meier, o grandes estudios norteamericanos como Gensler o SOM.

Hoy es la gran arquitectura comercial la que está definiendo el paisaje urbano a nivel mundial. Siempre ha existido esta idea de que la arquitectura es de élites intelectuales, separando la escuela de la industria. Y yo siempre he dicho lo contrario: sin industria no hay arquitectura. Sin un sector inmobiliario activo, todo lo demás son juegos florales. Realmente es el gran mercado inmobiliario mundial el que hace que la gente disponga de casas, hospitales, colegios, estadios, museos. Y además, siguiendo con este último ejemplo, no necesitan un museo cualquiera, sino algo más especial: ahí aparece esa dimensión espectacular o atractiva de la arquitectura.

La ciudad se compone de grandes edificios estupendos, muchos son silenciosos, sirviendo de telón de fondo urbano: tú pasas por ahí y es como si no los vieras. La ciudad necesita más silencios que gritos. Si hacemos las ciudades solo a base de espectáculo, es como hacer las películas a base de explosiones, sería agotador y molesto.

"La ciudad necesita más silencios que gritos. Si hacemos las ciudades solo a base de espectáculo, es como hacer las películas a base de explosiones"

En la imagen, El Viso Residences, las viviendas más sostenibles de Madrid en el único proyecto de obra nueva disponible en El Viso

La sostenibilidad es uno de vuestros grandes pilares, e incluso vais más allá de lo evidente –sostenibilidad ambiental– y trabajáis la sostenibilidad social, con reconocimientos como el que recibisteis por el edificio de Siemens. ¿Cómo concebís la arquitectura sostenible? Para mí la sostenibilidad es la responsabilidad. Cuando eres arquitecto, tu arquitectura tiene que ser responsable con las personas y con el medio en el que se ubica.

Lo primero es hacer cosas cuyas medidas perduran en el tiempo. Por ejemplo, en sostenibilidad lo que más perdura son las medidas pasivas, no las activas. Es decir, que si tú diseñas un edificio en el que lo primero que piensas es cómo lo posicionas, cómo diseñas las ventilaciones cruzadas, la orientación solar… empiezas a ver toda una serie de cosas que van a permanecer en el tiempo.

El siguiente paso es intentar diseñar toda una serie de elementos tecnológicos que ayuden al aprovechamiento de las energías renovables y reduzcan las emisiones de CO2. En este aspecto, destacaría la importancia del agua: el control del consumo de agua es esencial y cada día va a ser más crítico.

Pero yo realmente hablaría más de responsabilidad que de sostenibilidad. Es decir, que al fin y al cabo a lo que tienes que atender es a esa dimensión social y dentro de ella siempre hemos prestado atención a otros aspectos como es la accesibilidad universal: proyectamos para todo tipo de personas. Es más, todos a lo largo de la vida somos ‘algún tipo de personas’, con una lesión, con un carrito infantil…

Tendremos distintos retos de movilidad en cada etapa y eso es algo que siempre hemos cuidado mucho. Mi padre hizo un proyecto a principios de los ochenta, que inauguró la reina doña Sofía, que fue el primer gran centro para atención de personas con problemas de gran invalidez. Ahí aprendimos mucho.

Dentro de los más de 2.500 proyectos que habéis desarrollado a lo largo de estos 50 años destacan algunos de los proyectos que habéis hecho con Knight Frank. ¿Qué dirías que distingue precisamente a esta marca de otras de su sector, desde el punto de vista de arquitecto? Una de las cosas que más me gustan de Knight Frank es que valora mucho la arquitectura y pone siempre en valor al arquitecto. Knight Frank siempre ha puesto gran atención en la manera de contar la arquitectura también y es muy importante la narrativa de las cosas: cada proyecto tiene un porqué y detrás de ese porqué hay un promotor con una visión y hay un arquitecto. Y ellos saben muy bien ponerlo en primer plano.

Lo segundo es el trato humano, porque tiene un equipo espectacular e impecable y la verdad es que eso también es muy importante. Un trabajo inmobiliario te lleva unos cuatro años de relación: en Knight Frank entienden que un proyecto va a tener picos y valles y si tú lideras equipos con calidad humana el proceso es más sencillo.

El otro elemento que hace muy especial trabajar con ellos es la gran experiencia internacional y de grandes proyectos de nivel mundial. Esto da tranquilidad y mucho confort y es un valor a la hora de afrontar proyectos singulares.

El Viso Residences es uno de los proyectos más importantes que habéis desarrollado con Knight Frank. Si tuvieras que elegir un adjetivo para describirlo, ¿cuál sería? El Viso Residences va a ser un icono en la zona. Hay muy pocas oportunidades de hacer un edificio nuevo en este enclave y estamos ante una gran oportunidad de crear una experiencia con una arquitectura destacada, que llame la atención en un entorno de arquitecturas silentes.

Este proyecto sigue los estándares de BREEAM EXCELLENT NEW CONSTRUCTION y busca la excelencia en todos los sentidos: acabados, diseño y sostenibilidad. Por eso hemos apostado por una eficiencia máxima, un producto que, siendo urbano y de multivivienda, destaca por el uso de la geotermia o de paneles fotovoltaicos para maximizar el ahorro energético y garantizar un consumo renovable y limpio. Estos son dos elementos muy destacables y poco frecuentes en un entorno urbano.

Añadimos otra parte para nosotros muy importante: las medidas pasivas, buscando las dobles orientaciones donde es posible, las protecciones solares, unos magníficos aislamientos en las viviendas y también las zonas ajardinadas, para que, de alguna manera, refresquen con la evapotranspiración.

"Para mí la sostenibilidad es la responsabilidad. Cuando eres arquitecto, tu arquitectura tiene que ser responsable con las personas y con el medio en el que se ubica"

En la imagen, Padilla 32

Las branded residences se están convirtiendo en auténticas estrellas del sector inmobiliario. En este sentido, Padilla 32 será una de vuestras grandes actuaciones. ¿Qué hace este proyecto especial? Padilla 32 es un edificio emblemático por su historia, dado que es de uno de los mejores arquitectos que han definido la arquitectura madrileña, como fue don Luis Gutiérrez Soto. El objetivo del proyecto es recuperar los elementos protegidos, las terrazas originales, y darle valor a los chaflanes, para que su fachada recupere su imagen original. Queremos mantener el valor de las casas señoriales, con formas curvas muy singulares y muy típicas de Gutiérrez Soto, y además llevándolas a la modernidad en cuanto a instalaciones e interiorismo, con un gran protagonismo de la excelencia y la exclusividad: aparcamiento –que es poco frecuente en la zona–, un gran spa, concierge, zona club… y también se recuperarán el patio central y los jardines.

¿Cuál es tu edificio fetiche, el que te habría gustado firmar? Hay muchos. Mi edificio moderno favorito de Madrid es de Rafael de la Hoz (padre): el edificio Castelar, que fue la sede del Banco Coca y hoy es la sede de Pérez Llorca. Es una construcción con más de 50 años que lo ves y podría haberse hecho ayer.

Dado que nuestro estudio está muy ligado a Azca, también mencionaría la Torre BBVA de Sáenz de Oiza y un tercero que citaría es el Gimnasio Maravillas, de Alejandro de la Sota: pasé muchas horas dibujándolo como estudiante y me parece una maravilla. ¿Cuál es la casa de tus sueños? La casa de mis sueños es mi estudio. Mi padre y yo pasamos más horas aquí que en nuestras propias casas. Además, vivimos al lado, en dos edificios anexos, con lo cual no se sabe muy bien dónde empieza la casa y dónde termina el estudio.

Por otra parte, creo que tu casa es donde está tu familia. Si estoy con mi mujer y con mis hijos en un hotel, esa es mi casa. Y si estoy en un chalet en verano, esa es mi casa. La casa es el lugar donde está el corazón que es donde están las personas que amamos.

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